La felicidad como objetivo: un día en la vida de un Director de Felicidad (CHO)

Entre 2014 y 2016, el número de nuevos puestos en esta área creció un considerablemente y hoy son numerosos: desde start-ups hasta grandes empresas. Se comprueba fácilmente en las ofertas de trabajo que hay hoy en día: el Director de Felicidad está aquí para salvar a la empresa. Pero, ¿salvarla de qué?

En primer lugar, de sí misma. Esta figura no aparece por sorpresa, ha estado en el horizonte empresarial desde la década de 1960. A medida que comenzamos a ver los comienzos de la inversión emocional de los consumidores como clave para el consumismo, la respuesta del mundo corporativo ha producido el efecto contrario.

Ensalzamos la libertad de las personas, la apertura al mundo, los viajes, y la aventura, pero producimos aislamiento y precariedad entre los empleados.

Impulsados por las redes sociales, que actúan como altavoces para los mensajes de marca cada vez más moralistas sobre la vida que los consumidores deben esperar, la brecha entre la aspiración y la realidad se está ampliando. Y detrás, nuevas “enfermedades” ahora ya cada vez más conocidas: burn-out y agotamiento.

Y así es como el Director de Felicidad hizo su gran entrada en el “top ten” de nuevos trabajos en el mercado laboral. Porque hacer felices a los empleados es ahora una necesidad.

La misión del Director de Felicidad (Chief Happiness Officer)

Según un estudio realizado por Stimulus Conseil, el 52% de los empleados dicen que están ansiosos en el trabajo y el 32% están deprimidos en el trabajo. Lograr la felicidad en este contexto está lejos de ser fácil.

Para tomar medidas, el CHO tiene que utilizar diferentes palancas de acción ⬇️

Asegurar que todos los empleados reciban el mismo trato

Esto parece obvio, pero la desigualdad es una de las principales causas de rotación en el mundo laboral. 

Un estudio mostró que sólo el 44% de los empleados dicen sentirse valorados por su empleador. El respeto del empleador al empleado es un componente esencial del bienestar en el trabajo.

 

Cumplir con los requisitos de seguridad y garantizar una sensación de pertenencia

Según la pirámide de Maslow, si no se satisfacen las necesidades primarias de un empleado, no tiene sentido tratar de satisfacer su necesidad de estima personal, que es un motor esencial de la percepción de la felicidad.

 

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Dando voz a todos los empleados

Todos dentro de una organización tienen que ser escuchados. Para ello, necesitan poder dar voz a sus ideas y deben tenerse en cuenta. Ya sea a través de una llamada telefónica, un correo electrónico o comentarios sobre su trabajo, necesitan saber que alguien los está escuchando y se les toma en consideración.

 

Llegar a los demás para prevenir la soledad

¿Qué significa esto en la realidad? Crear oportunidades para compartir y reunirse, como explica Charlotte, Chief Happiness Officer en Sodexo: "Soy responsable de traer amabilidad al edificio. Para ello, organizo unas quince actividades internas y eventos cada mes en torno a cuatro temas. Hay actividades de "bienestar" con cursos de yoga, pilates y sesiones de osteópatas pop-up. También hay talleres grupales, como por ejemplo de costura o canto. Por último, están los torneos deportivos corporativos que también tienen mucho éxito".

"Al generar bienestar, hay una sensación de hacer la vida diaria de los empleados más fácil y su compromiso con la empresa y su desempeño mucho mayores".